Cortes de rutas: la única forma de ser percibidos

(Año IX Número IX - 2009)

Uno sabe que un paro de subtes alcanza y sobra para que la ciudad de Buenos Aires sea un caos por donde se la mire. Los medios retratan la indignación de automovilistas y peatones, al punto de hacer olvidar muchas veces cuáles son los reclamos de quienes protestan. A falta de otros canales de acción y visibilización, el corte de ruta sigue siendo la primera herramienta a la que apelan los habitantes de todo el país.
Por Jesica Marchetti
El fenómeno, hoy

Entre cortes de autopistas como la Panamericana por el conflicto con Kraft Foods, que no permiten la circulación de automóviles, o los paros en los servicios de transporte por reclamos de aumentos salariales, quien transita por los barrios porteños debe salir cada mañana con enormes dosis de paciencia en su mochila. Pero intentemos ampliar la lupa para observar cómo se despliegan estos fenómenos más allá de la General Paz.

Probablemente la provincia más célebre sea Entre Ríos, afectada desde hace años por las protestas realizadas al filo de las rutas, ya sea por ambientalistas o los ruralistas, en bloqueos que complican el acceso a la capital provincial.

Este paisaje se reitera en provincias como Santiago del Estero, Córdoba o Mendoza. En primera semana de octubre, un conflicto con la línea de colectivo 380 dejó completamente varada a la ciudad mendocina de Guaymallén, por el reclamo de sueldos que la empresa adeudaba a sus conductores.

En general, el paso libre es el que se ve obstaculizado en todo el país, pero las causas que lo producen son diferentes: En el Chaco y Salta son las inundaciones como consecuencia de la tala indiscriminada de los bosques las que generan la imposibilidad de trasladarse. Un ejemplo es lo que ocurrió en Tartagal, donde miles de personas quedaron sin hogar, dejando a un lado los conflictos gremiales. Los fenómenos naturales también afectan a provincias como Tierra del Fuego, donde la temporada invernal es sinónimo de nieve hasta la cintura y, por ende, la parálisis total de la ciudad.

Un breve recorrido histórico

Por Mariana Heugas

La modalidad de cortar las calles o carreteras comenzó a fines de la década de 1990, llevada adelante por los denominados "piqueteros", que consistían en grupos de personas que habían perdido sus empleos a causa de la recesión económica.

A partir de 1997 los cortes de rutas fueron afianzándose como elemento de presión para conseguir atención de demandas, reclamos y reivindicaciones. El fenómeno comenzó en pueblos alejados de los grandes centros urbanos, teniendo a Cutral-có como caso emblemático, en los años posteriores se volvió una situación reiterada en diferentes puntos del mapa. Con la crisis social de 2001, el “piqueterismo” quedó instalado en la Argentina como forma de protesta.

Sin embargo, esta modalidad no es patrimonio exclusivo de las organizaciones piqueteras, ya que ha sido adoptada por diversos actores sociales, que integran desde estudiantes hasta productores rurales, si bien los principales protagonistas suelen ser los desocupados.

Según estadísticas de la Secretaría de Seguridad Interior, en el 2002 los conflictos sociales en la Argentina sumaron 12.766 hechos, lo que indicaría que unas 20 manifestaciones callejeras se realizaron por día en aquel año, incluyendo cortes de rutas o de calles, marchas y toma de edificios públicos o privados.

En 2001, algunas provincias como Santa Fe, San Juan, Santiago del Estero, Mendoza, Corrientes, Chaco, Neuquén y Jujuy se convirtieron en los distritos donde se registraron mayores disturbios por todo tipo de manifestación callejera y social.

Por ejemplo, la provincia de Santa Fe se convirtió en el centro de violencia del desborde social del interior del país a raíz de dos muertes producidas en Rosario y otro fallecimiento que ocurrió en la capital provincial. En Rosario un hombre de 35 años, identificado como Claudio Lopratti, y una mujer de 45 murieron por disparos de armas de fuego en un enfrentamiento con la policía. A la vez, seis miembros de las fuerzas de seguridad y un número indeterminado de manifestantes sufrieron heridas de bala.

En el caso de Mendoza, a pesar de las medidas de contención social dispuestas por el gobierno provincial, al menos dos mujeres resultaron heridas con balas de goma, varios policías fueron apedreados y otras dieciocho personas fueron detenidas en medio de confusos incidentes que se registraron en la puerta del supermercado VEA de Godoy Cruz.

En la capital chaqueña, Resistencia, cien desocupados del Movimiento General San Martín cortaron la ruta nacional 11, en el acceso sur a la ciudad, en reclamo de alimentos y viviendas dignas.

Con respecto a Corrientes, doscientos desocupados cortaron el puente que lleva al Chaco para reclamar que se les pague el subsidio que reciben de parte del gobierno nacional.

En San Juan, la policía provincial dispersó con balas de goma y gases lacrimógenos a manifestantes de la Uocra. Pero la situación más recordada –y simbólica, por lo que representó para el Poder Ejecutivo del momento- tuvo lugar el 26 de junio de 2001, con la muerte de dos piqueteros en Avellaneda después de un choque con la policía bonaerense.