Efecto Mariposa - "Dios ha muerto"

(Año IX Número IX - 2009)


¿Qué habría sucedido si Marcelo Bielsa hubiera ocupado el lugar de Diego Maradona en los últimos partidos de la selección argentina?

Por Federico Adalián
Entre las cenizas de una selección argentina comandada por un mito viviente, surgen suspiros que rezan por cambios urgentes y anhelan un pasado con toques “bielsistas”

Poco a poco, los hinchas argentinos están comprendiendo que su “dios” no es perfecto, y el ateismo se pone de moda mientras algunos se asoman por la cordillera para mirar al otro lado, como si sufrieran la nostalgia de un amor perdido.

¿Qué hubiera sucedido si Marcelo Bielsa no hubiera renunciado a la Selección Argentina? Probablemente tendríamos un un equipo marcado por la táctica agresivamente ofensiva, en lugar del desorden organizado de Maradona. La Argentina hubiera sido capaz de superar ampliamente a los mejores seleccionados americanos (como lo logró muchas veces en el pasado), y tendría un poder estratégico y moral, suficiente como para enfrentar a nuestros vecinos brasileños de igual a igual.

Luego de demostrar una inmensa dedicación al entrenamiento del equipo nacional, que lo llevó a obtener la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, a alcanzar la instancia final en la Copa América, y a superar a Perú por las eliminatorias para el Mundial 2006, dejando a la Argentina virtualmente clasificada, “el Loco” decidió abandonar su cargo y hoy es el entrenador de la selección chilena.
En Chile, Bielsa es visto como un modelo a seguir, un referente social y cultural que genera inspiración tanto en niños como en adultos. Allí supo ganarse el apodo de “Don Marcelo”, un gesto de cariño y protección que el combinado local podría estar necesitando.

Bajo la guía de la ideología “bielsista”, el trabajo en equipo y el amor desinteresado entre el técnico y los jugadores hubieran marcado diferencias abismales con la selección de Maradona, en la que los conflictos internos no dejan de aparecer, y donde cada vez más todos quieren un entrenador serio antes que un ídolo popular.

Los resultados no mienten, y mientras Chile mejoró increíblemente su fútbol y está segundo en la tabla de posiciones, ya clasificado para el mundial, la Argentina, llena de nombres valuados millones de euros en contratos, está rezando para que ocurra el milagro de asegurarse el pasaporte al Mundial.