El escuerzo - Cuidado: Kissinger vigila

(Año IX Número IX - 2009)

El ideólogo de la destrucción de la ideología comunista durante la década de 70 se encuentra en libertad: su nombre es Henry Kissinger.

Por Mauro Brissio

Al igual que el notable cortometraje del cineasta Ken Loach incluido en el film colectivo
 11'09''01, la presidenta de la Argentina, Cristina Fernandez de Kirchner, recordó en las efemérides del 11 de Septiembre los dos atentados que sumergieron al mundo en una bañera llena de sangre: el que desató la guerra entre los EE.UU y los países petroleros de medio oriente y el que ocurrió aunque esa misma fecha, pero veintiocho años antes.

Corría el año 1973. El pueblo chileno vivía el "paraíso socialista" bajo la conducción democrática de Salvador Allende. El hambre era una palabra que había desaparecido de su diccionario, los desmanes producidos por el tirano sistema capitalista habían terminado y comenzaba a reducirse la brecha entre ricos y pobres.

Pero todo lo bueno termina rápido. El sueño socialista solo duró dos años debido a las intervenciones militares de quien era en ese momento el Secretario de Estado de EE.UU, Henry Kissinger, mientras Richard Nixon miraba paralizado desde su sillón en la Casa Blanca el accionar de la bestia fascista.

Kissinger fue el Cerebro de la logística que derrocó a Allende, artífice del genocidio exhibicionista chileno que terminó con la vida de 30 mil personas y creador del Plan Cóndor, que tenía como objetivo coordinar el ataque y captura entre la CIA y los servicios de seguridad de las dictaduras militares del Cono Sur de América (Argentina, Chile, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia).

Curiosamente, en el año 1973 el Jurado de Ginebra le entregó al diplomático norteamericano el premio Nóbel de la Paz por solucionar los conflictos bélicos entre su país y la República Socialista de Vietnam, mediante los acuerdos de paz de París. En los hechso, el conflicto seguió dos años más, arrojando un total de 6 millones de víctimas, por lo que ese reconocimiento resultó la mayor equivocación de la historia de estos galardones.

No hace falta decir que Kissinger fue muy bienvenido en la Argentina durante la última dictadura militar. Lo que llama poderosamente la atención es que, conociendo sus intervenciones políticas, en la actualidad venga a realizar negocios económicos con los Kirchner, supuestos protectores de la bandera de los Derechos Humanos. Con total impunidad la bestia fascista se encuentra en permanente vigilia, esperando el momento oportuno para volver a atacar.