El escuerzo - Unidos y unidas gracias a él



(Año IX Número IX - 2009)

El Primer Ministro italiano Silvio Berlusconi parece tener no solo problemas de polleras sino que además en su país ya se convirtió en la oveja negra de las redes sociales, tras confirmarse la existencia de un grupo en Facebook llamado “Matemos a Berlusconi”, donde participan más de 13.000. 

Por Mariana Heugas




El grupo nació en septiembre del 2008, inspirado en la película Shooting Silvio, de Berardo Carboni. Aunque por ahora no parece ser más que una “broma”, la participación en este foro resulta para muchos opositores una manera “sana” para desahogar su rabia y frustración.

Ojala alguien tomara al pie de la letra este grupo. Berlusconi debe ser asesinado, y el que lo haga será un héroe nacional", dice uno de los comentarios. Y hay más: "Les digo sin pelos en la lengua: lo querría muerto. Está arruinando el país como su amigo Craxi. Ahora también él se tiene que ir. Berlusca se tiene que morir". "Pongámosle al lado de su casa una linda central nuclear, la hacemos saltar por el aire, así su mansión se incendia y estalla”, es una de las tantas ideas.

Del mismo modo, cada vez son más las italianas que se suman a la campaña contra el mandatario después de que Berlusconi se digiera irónicamente hacia una diputada del Partido Demócrata, Rosy Bindi, enunciado que es "más linda que inteligente”. Hartas de su actitud machista, las chicas se hicieron oír en Internet: una protesta en contra del premier, lanzada por el humillado universo femenino, ya supera las 100 mil firmas.

El ministro recibió golpes que incluyen desde un manifiesto con el título de "Este hombre nos ofende a nosotras, las mujeres, y a la democracia. Parémoslo", escrito por la filósofa Michela Marzano, la periodista Bárbara Spinelli y la politicóloga Nadia Urbinati, hasta la mísmisima Mafalda, de Quino, quien afirmó: "No soy una mujer a su disposición".

Algo similar a lo que le dijo la diputada Bindi, quien le respondió en vivo y en directo al escuerzo, con una frase la convirtió en símbolo de un nuevo despertar del feminismo italiano.