Ojos saltones - El cine ausculta la salud

(Año IX Número IX - 2009)

Algunos datos y reflexiones John Q. (2002) y Sicko (2007), dos sólidas películas que revelan la hipocresía del sistema de salud de Estados Unidos.

Por Nadia Pinto

Dirigido por Nick Cassavetes, el film relata la vida de un obrero calificado, John Quency Archival (Denzel Washington) que creía ampliamente en un sistema norteamericano que pudiera ayudarlo de la crisis económica que estaba atravesando. Hasta que ocurre la tragedia: su hijo Michael se desvanece durante un partido de béisbol, pero cuando la familia llega al hospital, se enfrenta a todo un aparato burocrático dispuesto a obstaculizar la operación del muchacho. Michael padece una cardiopatía congénita por tener un corazón tres veces más grande de lo normal y la única alternativa era un trasplante de corazón. Pero como en toda lógica de libre mercado, la cirugía tiene su precio.

La Junta Directiva del hospital no se hace cargo del costo de la urgente operación. Sin seguro médico, John debe pagar 250 mil dólares para salvar a su hijo. Y como no llega a juntar el dinero en el plazo estipulado, a Michael le dan el alta a pesar de que su vida corre riesgo. La única salida de John Q. para revertir la situación es una rebelión desesperada: secuestra al cirujano y a cinco personas más para exigir una solución.
Aunque sea un personaje de ficción, John Q. representa a uno de los 50 millones de norteamericanos que carecen de cobertura médica. Como Estados Unidos no contempla un sistema nacional gratuito y universal al igual que Canadá, Inglaterra, Francia o Cuba (por ejemplo), se mantiene en un sistema médico de libre mercado impuesto desde la época de Richard Nixon, que desde entonces ha facilitado ganancias millonarias a las aseguradoras, mientras miles de habitantes mueren cada año.

Un negocio perverso

El documental
 Sicko (2007), de Michael Moore, reveló que las empresas de medicina prepaga y los laboratorios contratan personal para investigar las solicitudes de afiliación, rechazando a los pacientes que ya hayan tenido ciertas enfermedades complicadas, con el solo fin de abaratar costos. Es decir: si usted ya se enfermó, no se moleste en buscar una cobertura.

James Kears, guionista de
 John Q, se inspiró en un artículo periodístico que informaba sobre un afortunado trasplante cardiovascular que se le había realizado a un empresario: “Si yo no fuera rico, ahora estaría muerto", afirmó el millonario. En aquel momento Kears pensó en sus hijos y en aquello que todo hombre estaría dispuesto a hacer si su hijo se estuviera muriendo y se le negara tratamiento médico.
Nada de esto hubiera pasado si John fuese un maldito millonario o si se apellidaba Rockefeller, pero a veces no se entiende que lo sagrado en este país no son los valores, lo que importa es lo que tienes”, dice en la película Jimmy Palumpo, amigo de John Q.

Aunque películas como
 John Q, Visto para Sentencia o estupendos documentales como Sicko explican el gran negocio de las millonarias aseguradoras, la reforma del Health Care que pretende establecer el presidente Barak Obama todavía esta lejos de encontrar consenso.

La oposición viene de la mano de los "Cuellos Rojos" (Red Necks) y los "Buenos Muchachos" (Good ol’boys) de las zonas sureñas de EEUU; políticos que defienden el
American way of life, t niegan rotundamente un estado interventor porque iría en contra de la libre competencia y de la pluralidad de seguros médicos. Los ultraconservadores hablan de que cada ciudadano decide cuidarse por si solo: lo que dice, gente solidaria.

John Q. (EEUU, 2002)
Dirección: Nick Cassavetes
Guión: James Kearns
Con Denzel Washington (John Q. Archibald), Robert Duvall (Grimes), James Woods (Dr. Turner), Anne Heche
Editado en dvd.

Sicko (EEUU, 2007)
Dirección: Michael Moore
Film documental
Editado en dvd.