UN TELETUBI VIOLETA AL RITMO DE TAMBÓ TAMBÓ


Por Camila Juliana Mazzucchelli //

En la parte de atrás de una camioneta muy vieja y despintada viaja un teletubi violeta. Está arruinado, acompañado por bolsas de basura y llantas de auto. Un montón de chatarras más no se distinguen por el amontonamiento. 

La foto es una mancha violeta haciendo contraste con colores amarronados. La camioneta está desnivelada por cargar tanto peso. Parece avanzar entre autos y árboles por alguna calle del Conurbano Bonaerense.

Todas las personas apuntan la mirada a esa imagen. No hay forma de no distinguirla de las demás. Muchos ríen de manera cómplice. Esta foto es la joya de la muestra. Nadie puede evitar parar. El Conurbano es un teletubi violeta en una camioneta.

En Argentina, el Conurbano Bonaerense corresponde al Área Metropolitana de la provincia de Buenos Aires conformada por 24 partidos. Rodea a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, conocida popularmente como capital de la Nación. Está habitado por más de 10 millones de personas que representan el 65% de la población de la provincia.

***

Es sábado. A tan solo unas cuadras de la estación de Ituzaingó, La Bicicletería, Casa Cultural, se prepara para recibir a The Walking Conurban. Suena “A rodar mi vida” de Fito Páez. Una mesa rectangular, un proyector y micrófonos anticipan la llegada de tres de los cuatro integrantes del equipo. Diego Flores, Ariel Palmiero y Guillermo Galeano. Ángel Lucarini nunca va a llegar.

“La batalla es cultural”, reza una pared. El ambiente cargado de color resalta en contraste con los fondos negros bien oscuros sobre los que se encuentran las fotos de la muestra. 

Uno de los cuadros más grandes presenta colores saturados y sombras acentuadas. Un gigantesco complejo a medio construir, actualmente abandonado, destaca en el centro. Fue conocido como Las Torres Estrella del Sur y mal llamado “El Elefante Blanco”.

Las fotografías no tienen georreferencia. Ni en la muestra, ni en Instagram. Las personas juegan a adivinar de dónde son. El Conurbano se confunde entre sus diferentes localidades. El mercado viejo, con las persianas oxidadas, parece ser parte de Zona Sur y Zona Oeste al mismo tiempo. 

Una camioneta cargando una pila de sillas que doblan su tamaño. Una señora viajando en una moto sosteniendo un lavarropas, desafiando todas las leyes de la física. Un kiosco tiene una réplica del Cabildo en el primer piso. 

The Walking Conurban se encarga de reunir la mayor cantidad de “retratos” en su página de Instagram. El contador actualmente marca 4.426 fotografías y sigue creciendo. Nació en 2018 como un proyecto entre amigos. Subían fotos con escenarios de, más que nada, el barrio donde vivían en el Sur. Actualmente, la página es colaborativa y casi el 85% de las fotografías que se suben son enviadas por los usuarios.

Es una especie de álbum de fotos familiar. Cada página esconde una historia y cada imagen un significado. El Conurbano está en las más de 4 mil fotos. Está en las tonalidades grises, los colores saturados y el verde de los árboles. Está en el perro, en lo más alto de un techo, en Spiderman yendo a comprar unas cervezas y en una pileta de lona azul al borde de una vereda.

Está en la pobreza de las casas despintadas y los autos patentados antes del 2000. También en los lujos de una casa con forma de castillo, una Torre Eiffel en medio de un barrio o dos leones dorados en la puerta de un local. Eso es The Walking Conurban, imágenes que son millones en esta tierra.

***

Tonos grises. Dos grandes edificios descuidados, unidos por un puente estrecho de hierro. Autos estacionados que ya son parte del paisaje. El centro de la fotografía lo marca la línea central de la calle que funciona como punto de fuga. Se mezcla con el fondo de la escena, perdiéndose entre la oscuridad y las líneas desdibujadas. La llaman “Postales del fin del mundo”.

Berazategui. Foto del 2018. Los tonos ocres se mezclan con la baja resolución del celular. Está tomada desde el centro de la calle. Los monoblocks despintados se asoman de costado. No se puede distinguir el color. Sin embargo, la camioneta de Coca Cola, aunque se vea gris, permite imaginar las letras blancas con fondo rojo.

Las primeras fotos publicadas en la cuenta de The Walking Conurban son previas a la existencia de la página. Más de 15 fueron las que compartieron Diego, Guillermo, Ariel y Ángel en sus conversaciones diarias por mail y mensajes de WhatsApp.

El miedo a perder todas las imágenes impulsó la creación del perfil de Instagram. Al principio fue de uso privado. No existían los 379 mil seguidores de hoy. El medio fue la fotografía. Comunicar la tarea para representar acontecimientos, personajes, temáticas o sucesos. 

En ese momento, Guillermo era quien más estaba interesado en la fotografía. Un día después de haber pasado varias veces por una famosa calle de Berazategui menciona la idea de una “linda postal”. Lo cotidiano se volvió relevante en su mirada.

Bien conocido para muchos, tan extraño para otros. El Conurbano tiene diferentes significados. Está lo simple de la semántica. Una palabra conformada por dos pares: “urbano” que se vincula a la ciudad y el prefijo “con” que aporta la idea de comunidad. 

En Argentina, este espacio geográfico es el que rodea a la Capital. La Ciudad de Buenos Aires es el Centro, como el sol. Pero para los que viven en cada uno de los cordones que rodea ese centro el Conurbano es con mayúscula.

Históricamente se dividió así por la presencia del puerto de Buenos Aires, que fue importante desde la época de la colonia, pero cambió la fisonomía del país a partir del proyecto de Eduardo Madero, aprobado por el gobierno de Julio Argentino Roca en 1884, pleno auge del modelo agroexportador. El puerto tendría sucesivas renovaciones. Más o menos es el mismo que conocemos hoy desde 1919.

Capital y Conurbano. La historia de una separación. Sobre todo, desde la década de 1930, cuando llegaron las primeras oleadas de millones de inmigrantes desde el llamado “interior del país”, estudiado por Gino Germani y otros académicos. Por entonces, también se construiría el límite real y simbólico más importante, al ritmo del crecimiento del complejo fabril. La Avenida General Paz es el abismo. Una especie de muro de hielo de Game of Thrones. Se terminó en 1941 y se convirtió en Autopista en el 2000. Desde entonces, siempre colapsada.

***

Una fachada con paredes que en algún momento fueron azules y las aberturas amarillentas. La casa de al lado también sufre por el paso del tiempo. Nada indicaría que ahí hay un local. Solo un “todo nuevo” pegado en una pequeña vidriera y un maniquí casi desnudo. 

Un carro de tracción a sangre y un auto importado carísimo, están frenados en el mismo semáforo. Un caballo pastando, otro auto deteriorado y un chalet. Un tanque de agua con forma de pava en lo alto de un techo. Una botella gigante de Brahma en la entrada de una casa. Cuatro personas a caballo en medio de una de las principales avenidas de Morón.

Auto blanco, bastante viejo, tiene las luces traseras rotas. Lleva enganchado un batán en no tan buenas condiciones. “Paciencia viejo, qué va hacer” te grita desde la parte de atrás. 

“Te enamoraría, pero ando pensando en hacer plata”. Habla una pared de ladrillos gastados en alguna esquina. “La voluntad tuerce al destino” reflexiona otra. Y alguna enseña sobre la chapa de un terreno abandonado: “No tirarás basura”. 

Conurbano es la poesía de lo inesperado.

***

Un chico de no más de 15 años mira repetidas veces el cartel luminoso que separa un vagón de otro. Las letras rojas se mueven de derecha a izquierda indicando la estación a la que va. Nadie más mira ese cartel. Algunas personas usan el celular. Otras charlan, duermen o leen. 

Las ventanas del vagón funcionan como pantalla para ver el recorrido. No todos las usan. El chico no se detiene a mirar nada a su alrededor. Su atención está fija en el cartel con letras rojas que anticipa la llegada a Morón. A los que están encima de las puertas no les andan las luces. La formación se detiene en la estación. El chico baja entre el malón de gente. Junto a él casi la mitad de los pasajeros que, sin previo aviso, saben que llegaron a destino.

En 1848, el Ferrocarril llegó a la Argentina de la mano de Domingo F. Sarmiento. Desde allí 150 años, pasando por los ingleses, la nacionalización, la decadencia, el “ramal que para, ramal que cierra”, las privatizaciones, la tragedia de Once y mucho más. Así y todo, el Conurbano sigue teniendo una extensa red conformada por 7 líneas de trenes que unen los distintos partidos. Son el Sarmiento, el Mitre, el Roca, el Belgrano Norte, el Belgrano Sur, el Urquiza y el San Martín. Todos próceres, pero sin glamour. 

***

Los héroes y villanos viajan en tren. Darth Vader consigue asiento junto a la ventana en hora pico. Spiderman va a laburar lejos de casa en los asientos reservados, con una mochila gigante y un jugo Baggio. Mientras tanto en el Multiverso personajes de Disney, Marvel y Los Simpsons bailan al ritmo de La Cumbita de Tambó Tambó. Así son las 11 de la noche en el Roca.  

El Tren, como se le dice por estos lares, son en realidad 7 líneas: 817 km de vías. 245 estaciones. Más de mil millones de usuarios de manera anual. Parecen marcar las venas del Conurbano para poder llegar a cualquier parte. Es el nexo de la identidad conurbana.

Bajo un cartel naranja de “prestigio” hacen las paces Batman y El Joker, mientras esperan que el semáforo los deje cruzar. Goku deja atrás las peleas y decide salir temprano el domingo para caminar por alguna Avenida repleta de locales. Al Conurbano y más allá elige ir Buzz Lightyear. El Capitán América y la Bruja de Escarlata planean salvar el mundo de Thanos mientras toman una birra en algún barrio de Zona Sur. 

***

Instantáneas o planificadas. Así son las fotos de Diego, Ángel, Guillermo y Ariel. También de los miles de seguidores. 

Cada vez que haya un jacarandá gigante lleno de flores con casas a medio construir de fondo. Allí estará The Walking Conurban. Cuando la estación de Ituzaingó muestre un atardecer tormentoso. Allí estará The Walking Conurban. Cuando un perro duerma dentro de una camioneta o un auto lleve una heladera en el techo. Allí estarán Los caminantes del Conurbano para los amigos.

Thanathos y Eros, caos y orden. Quilombo y cosas lindas en el paraíso post-apocalíptico que está a minutos del Obelisco.