ENTRE BRUJAS, ESCOBAS Y MATES


Por Natanael Molina Ucci //

Suena la campana. Los alumnos entran al aula y sacan libros y plumas de la mochila. La clase comienza. 

— Hay cuatro fases principales. ¿Alguno las conoce?

— Luna Nueva, Cuarto Creciente, Luna Llena y Cuarto Menguante.

— Muy bien. ¿Sabían que determina la marea?

— Sí, profesora.

— También tiene una gran influencia sobre los hombres lobos. ¿Cuál es el ingrediente principal de la poción que evita que se transformen?

— Acónito.

— Correcto. 5 puntos para Ravenclaw.

La joven con túnica azul sonríe de oreja a oreja. Se toma muy en serio la puntuación de cada año: los de Hufflepuff se llevaron la Copa de las Casas en la última edición de la Magic Meeting, e igualaron a los Raven en cantidad de títulos. La actividad tiene lugar en el Colegio San José de Balvanera. Suma puntos importantísimos para ponerse en la delantera.  

Fuera del aula, los alumnos se amontonan en los pasillos de la institución. Además del evento de Harry Potter es sede de muchas exposiciones medievales. Buscan aprovechar al máximo su fin de semana mágico.  El 1 de septiembre de 2012 en Argentina se celebró la primera edición de la Magic. La fecha no es azarosa: en la ficción es el día que Harry y sus compañeros abandonan la estación de King Cross para viajar a Hogwarts, donde aprenden magia. 

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En un pasillo detrás del escenario, hacen fila Dumbledore, Bellatrix, Voldemort, Cedric Diggory y los Weasleys. Durante todo el día les pedirán decenas de selfies. Es el momento de brillar. Tres minutos de fama ante el pueblo reunido en el Gran Salón. 

Bellatrix deslumbra lanzando hechizos para todos lados y los gemelos presentan un número musical: ‘No se habla de Percy’, una parodia de la película Encanto. Los cosplayers conforman al menos un sexto de los asistentes a esta edición y se llevan el vitoreo del público y de los jurados. Hay uno por cada casa. Detrás del telón una pequeña figura se asoma. Se trata de una niña de 9 años, toda de azul. Encarna a Rowena Ravenclaw. ¿Su vestido? Una especie de terciopelo azul con tul. Similar al que se consigue en un cotillón para disfrazarse de princesa Disney. Se ubica en el centro del escenario y da una vueltita. Sonríe como si se tratase de un concurso de belleza. El “aww” general resuena en el Gran Salón.

Para los que no recrearon a nadie en particular, la décima edición les presenta una oportunidad única: se agrega una jornada extra, el viernes, para ‘Vals de Los Campeones’, una escena icónica de la película ‘El Cáliz de Fuego’ (2005). La traducción argentina supera toda expectativa. Muggles vestidos de gala, algunos calzados y otros descalzos, moviéndose de izquierda a derecha al ritmo de ‘El Meneaito’. Una fiesta de quince. Con carnaval carioca incluido.                      

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Es la segunda Magic a la que va Alejandra, que elige vestir su túnica de Hufflepuff sin encarnar ningún personaje. Alejandra está sentada en el patio, en una ronda con sus amigas. Se acerca su hermana Erika, de Gryffindor, que trae una golosina.

— Filmame esto, Néstor

Agarra una gragea roja. Cruza los dedos.

— No tiene feo sabor… ¿Qué es?

— Tutti Fruti. ¡Zafaste!

Su hermana la sigue. Le toca una de color marrón.

— Esto tiene sabor a… tierra.

Tose del asco. La reacción queda capturada en la lente del celular.

— Dame agua, no puedo más.

La compañía Jelly Belly se encargó de transformar a las Grageas Bertie Bott de todos los sabores en algo real en el 2000, cuando aún no había películas sobre el pequeño mago. Los 4 libros ya publicados eran best-seller en todas las librerías del Reino Unido y Estados Unidos. Los primeros gustos ‘atípicos’ fueron polvo, panceta y espinaca. Hoy hay de pimienta, jabón, moco, cera de oído y hasta vómito. 22 años después, es un challenge más para subir a Youtube, Instagram y TikTok.

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En 2011 se estrenó “Harry Potter y las Reliquias de la Muerte - Parte 2”, último film de la saga de libros. El texto había roto el récord anterior de su predecesor, un tiraje inicial de 12 millones de copias vendidas. La película se convirtió en la más taquillera de Warner Brothers hasta el día de hoy y ocupa el puesto 15 entre los largometrajes que más recaudaron en la historia del cine. Una nueva camada de películas introdujo en 2017 a un personaje, Newt Scamander. Alejandra se saca foto con él luego de merendar con las amigas. 

Ahora mira los puestos de merch. Todo le llama la atención. Se roban las miradas una réplica en peluche de Hedwig, la lechuza mascota de Harry. Pierde el interés por el precio: 40 mil pesos. Es hora de cambiar de puesto.

Hace cuentas. La entrada por día le salió 1.000. Con 1.500, hay una oferta en Saturnalia. Se trata de merchandising oficial importado. Taza+vaso con el escudo de su casa. Remeras, buzos, túnicas, bufandas, y polleras, arriba de 3.000. En un lugar parecido a la tienda de Ollivander’s, hay un cartel. Varitas: 2x10.000. El objeto más valioso para cualquier mago y, también, en la vida real. 

Harry Potter no es lo único que vende la Magic Meeting. Lost Woods presenta pizzeras, cuelgallaves y otros artículos de decoración de Star Wars, El Señor de los Anillos, Stranger Things, Riverdale, Volver al Futuro, Marvel y DC. ¿Lo más barato? Stickers e imanes con frases no originales de la saga. Pueden aparecer en una remera de La Coneja China: ‘Al borde del desmaio pero atr siempre’ o ‘Dale wachin venite pa’ azkaban’.

— Dame el sticker de Phoebe y de Baby Yoda, por favor.

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Para los porteños, el domingo es el día ideal para visitar los bosques de Palermo. Ya sea para andar en rollers, mirar el lago, jugar a las cartas o a la pelota. Catorce chicos y chicas se organizan y ubican. A dos costados de la cancha, se disponen tres aros en el pasto de cada lado. Visten camisetas y vinchas de diferentes colores. En el piso, hay cuatro esferas. Entre las piernas de cada uno, un palo de PVC. Van a jugar Quidditch.

El deporte lo inventó JK Rowling en 1998 para los libros del joven mago, y en 2005 fue llevado a la realidad en una universidad de Estados Unidos. En Argentina, se practica desde 2012: una mezcla de handball y quemado. Con una de las pelotas suman 10 puntos al embocarla dentro de los aros, custodiados por un guardián. Con las otras tres, dos jugadores por equipo se encargan de “quemar” al contrario. El “quemado” debe ir a sus aros, tocarlos y recién ahí pueden regresar a la jugada. En todo el partido, las acciones deben realizarse arriba de la escoba.

Rocío se encuentra afuera de la cancha. Es alta, rubia y pálida. Una verdadera Slytherin. Está en silla de ruedas. Se fracturó el disco tibial izquierdo corriendo en un partido. De acuerdo con una encuesta realizada en 2019, el 52% de los jugadores afirmaba haberse lesionado por lo menos una vez jugando este deporte. Hace 3 meses que no juega con su equipo de Rosario, los Deathly Dragons, pero está presente para apoyar la movida y alentar al equipo de Falco, su novio. Recientemente se mudaron a la zona oeste del conurbano bonaerense. 

En esta ocasión se enfrentan los Noxus y los Blackbirds, en calidad de amistoso. Pero el Quidditch es un deporte de contacto. Muchos llevan protectores bucales porque el tacle, propio del rugby, es válido y frecuente. A lo lejos se escuchan tambores. Todo parece épico. Pablo se asemeja a un vikingo. De barba y corpulento, es de aquellos que deja todo en la cancha. Como en toda competición, hay un cuerpo de árbitros, y amonestaciones.

— ¡No podés ser tan llorón, esto es un amistoso, me marcás todo! 

— Fuera de la cancha.

Roja y afuera. La IQA (International Quidditch Association) es el ente encargado de administrar el deporte, actualiza el reglamento y lo sube a la web para que las demás asociaciones del mundo lo puedan descargar. Es inclusivo: por equipo no puede haber más de 4 jugadores que se identifiquen con el mismo género. Como en el fútbol, hay jueces de línea encargados de verificar jugadas dudosas o si la pelota ingresó correctamente en los aros.

Afuera de la cancha está la hinchada. El círculo de lectores de Harry Potter, mejor conocido como CHP, organizó junto a la AQA (la Asociación de Quidditch Argentina) una actividad de “escuelita”, previa al encuentro, con el fin de difundir el deporte. Divididos en dos grupos, los muggles agarran tijeras, boligomas y papel glacé. Como volver al colegio. Sobre las cartulinas, un cartel. “Vamos Noxus”, de negro y rojo. El otro, “Go Blackbirds”, de blanco y negro. Rocío, que está con los Noxus, ceba mate para el resto, que la identifican como una experta en la materia.

Cuando termina el partido, cierran el encuentro potterhead leyendo ‘Quidditch a través de los tiempos’ (2001) y realizan trivias acerca del contenido del libro.

— Quienes jueguen o sigan partidos de Quidditch con regularidad, disfrutarán el libro del señor Whisp, como lo hacemos quienes estamos interesados en otros aspectos de la historia de la magia.

— ¿Cuál equipo es el favorito de Albus Dumbledore?

— ¡El Puddlemore United!

— Correcto. 10 puntos para Hufflepuff.

El libro menciona que, en Sudamérica, los equipos donde más se juega Quidditch son Brasil, Argentina y Perú. Las palabras escritas dos décadas atrás son muy acertadas. Noxus y Blackbirds se cruzan seguido en la Copa del Sur, uno de los tantos torneos oficiales de Quidditch.


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Vicente López. Club Banco Ciudad. Hoy es el día de la copa Wimbourne Wasps. Además de los Noxus y los Blackbirds, también compiten un equipo de jugadores libres, Supernova. Directo desde Rosario llegan los Deathly Dragons. 

Rocío está ubicada detrás de una mesa con carpa. Se encarga de las planillas con toda la información de los jugadores que participan en el torneo. No está sola. Alguien se encarga del minutero. Otro de anotar los puntajes. Otro transmite y comenta el partido vía streaming. 

A su lado está Ariadna. Morocha, metro 70 y es de Ravenclaw. Ella también es de Rosario, tiene 30 años. Fue la creadora del primer evento (2012) y el primer podcast (2019) de HP en Argentina. Con el Quidditch visitó Buenos Aires, Mar del Plata y Lima. Hoy juega para los libres.

Invierno con día soleado, ni una nube. Con el correr de los partidos el césped se convertirá en un potrero. El predio se alquiló con los fondos de la AQA. Cada asociado paga una cuota mensual de 500 pesos. Además de la cancha, se abona el seguro y un paramédico.

Luego del calentamiento, se preparan para jugar los Deathly Dragons. Además de las vinchas correspondientes (depende la posición en la que juegan), algunos llevan barro en la cara.  

— ¿QUÉ SOMOS? 

— ¡DRAGONES!

— UH UH UH UH.

Una especie de haka. Todos en ronda, excepto uno que se coloca en el centro. Más gritos guturales e ilegibles. 

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La quaffle empieza a pasar de mano en mano. Van sumando puntos. Ariadna es la beater de los libres: se encarga de quemar y ser el dolor de cabeza de los cazadores. Su tarea se complejiza cuando aparecen dos personas más en la cancha. 

La snitch aparece en el terreno de juego y los buscadores en sus escobas van tras ella. De lado a lado, no se deja capturar. Cuando se la atrapa, el equipo del buscador obtiene 30 puntos. Si van ganando, finaliza el encuentro. Si no, prórroga.

Ariadna quema al buscador del contrario, pero el suyo sigue corriendo tras la pelota dorada. La traducción a la realidad es que la pelota dorada es del tamaño de una nuez y se encuentra dentro de una media. Colgada en un cinto, enganchado a una persona neutral con remera amarilla que no para de correr. 

El buscador se cae. Dos veces.  La secuencia es auténtica del Coyote y el Correcaminos con la canción de Benny Hill de fondo. A la tercera, queda tendido en el suelo. Entra el paramédico. 

— Dejame ver. 

— Es un corte nada más.

Dos jugadores lo asisten fuera de la cancha. El paramédico le rocía un spray sobre la herida: un pequeño corte en la pierna. Cambian de buscador. Son las seis de la tarde y cada corrida levanta una humareda de tierra. Desde la carpa se dificulta la visión. Finalmente, la atrapan.

Detrás del enrejado, los padres ven el partido y explican a sus amigos cómo funciona el deporte. Festejan, pero uno de los suplentes advierte que el árbitro todavía tiene que verificar si la atrapada es válida. 

Berseker, uno de los jugadores fuera de la cancha, aguarda la decisión con una sonrisa. La remera que llevaba la Snitch era suya y la prestó para la ocasión. La cábala funciona: 12 minutos en juego sin que lo puedan agarrar.

El referí da el OK y los Deathly Dragons ganan el partido. Se quedan con la copa Wimbourne Wasps. De los tres torneos que hubo este año es el segundo que consiguen. El comité se junta alrededor de la carpa. Se definen las menciones especiales. Por un lado, el cuerpo arbitral y, por otro, los jugadores destacados. Los diplomas están listos. Ya es de noche. Cada uno se lleva una ronda de aplausos. Entre ellos, el vikingo logra su reconocimiento como “Mejor Guardián”. 

Lo que sigue será un tercer tiempo, con merienda de por medio y donde la magia siempre es posible.