La Drag Queen ambientalista




Pablo Alvornos es también Darla Trash, un artista que con materiales reciclados, crea su propia identidad.

Por Adriana Morales.

Desde hace doce años, durante toda la semana de 7:30 am a 9 pm, Walter Albornoz, 37 años, se dedica a su primera pasión: enseñar inglés en diferentes escuelas secundarias de Moreno, en Gran Buenos Aires. Tiene un aspecto que encaja con los estereotipos de lo que se considera varonil: un metro setenta de altura, barba, ropa de colores neutros, nada que llame la atención a simple vista.
Le gusta vestirse de camisa y zapatos de vestir para trabajar en las aulas y se define a sí mismo como un “profe serio”. Es un gran aficionado por las series, libros de ficción y con temáticas de género y diversidad, un Harry Potter fan y ex amante del running como deporte, al que tuvo que abandonar por su falta de tiempo.

Los fines de semana los reserva para su segunda pasión. Maquillaje en tonos furiosos, vestuario peculiar, peluca, tacones y accesorios. Dos horas y media después, sale al mundo Darla Trash, la Drag Queen ambientalista.

*** 

Darla, a la que Walter se refiere en tercera persona, es divertida y extravagante. Nació a comienzos del año pasado, cuando Walter comenzó a incursionar, tras toda una vida de sentirse atraído por el arte y el teatro, en la Escuela Argentina de Drag Queens de Villa Crespo, una formación que se completa en tres años y se encuentra a cargo de Liborio Pablo, quien personifica a la Drag Queen más histórica del país, Elektra Trash.

Combinar dos personalidades tan distintas en un mismo cuerpo no resultó tan sencillo. Tuvo que abrirse a su familia en dos oportunidades. La primera, cuando tuvo que contarle a su gente que era gay y presentarles a su novio Dante, a quien conoció hace 15 años, cuando compartían clases de teatro, y con quien planea iniciar los trámites de adopción. En esa ocasión, enfrentaba el temor de los típicos chistes y bromas sujetas al clásico estereotipo homosexual. La segunda vez, cuando fue la draga la que salió a la luz, afrontaba el miedo de su propio prejuicio, “¿pensarán que quiero ser una persona trans?”.

A pesar de lo incómodo que resultaba hablar abiertamente las primeras veces sobre su nueva faceta, con el tiempo se volvió parte de la normalidad. Su padre hasta llegó a bromear con que se parecía a Charlotte Caniggia y algunos amigos y colegas del trabajo lo aconsejan y critican las transformaciones de su personaje. Incluso animó a una de sus amigas, Patricia, a formar parte de su mundo como su “hijo drag”.

—Me llama un día Walter, un lunes me acuerdo, y me cuenta de que había una carrera de reyes. Lo cual le digo, bueno, ¿qué es eso?, me dice es una carrera donde se presentan Drag Queens y Drag Kings, y quiero que me acompañes vos como un Drag King. Lo primero que se me ocurrió fue largar una carcajada que no pude contener en el trabajo. Me siguió mandando un montón de mensajes, una canción que quería que hagamos. Era una canción de Pimpinela que no me gustaba para nada y que no me la iba a aprender para el viernes, así que busqué otra canción y se la mandé. Un día nos juntamos y en dos segundos me armó un casco en la cabeza, impresionante, con goma eva. Llegamos al viernes, después del salir del trabajo, fuimos a comprar pelucas, fuimos a la escuela Drag Queen, me montó todo y fui un personaje espectacular que ni yo me reconocía en el espejo - comenta entre risas.



 ***

Darla heredó su apellido de Elektra (quizás, como cosa del destino, Trash se traduce del inglés como basura, por lo que todo parece marchar en la misma dirección), la Drag Queen más renombrada por ser la pionera en instalar el mundo drag en Argentina y quien adopta el rol de madre de todas sus discípulas. Su primer nombre, en cambio, hace honor a los personajes de Darla en la serie estadounidense “Buffy, la cazavampiros”, y a la niña aterroriza a los peces en la película de Disney, “Buscando a Nemo”. Ambos personajes tienen como principal atributo ser malvadas, característica sobre la cual Walter comenzó a construir su drag.

La construcción de su personaje comenzó casi sin esperarlo. Su amiga Melisa, a quien conoció cuando ambos cursaban juntos en el profesorado de inglés y quien lo describe, ya desde ese entonces, como una persona extravagante y divertida, lo invitó a participar como su modelo en un curso de maquillaje especializado en drag queen hace un par de años.

—Lo llevé, lo maquillé, le encantó. Estaba como “loca”, le digo yo, y desde ahí, desde ese curso, empezó él a maquillarse, le empezó a gustar y fue creando el personaje. Siempre estuve al tanto y siempre lo incentivé, así que nos empezamos a maquillar juntos hasta que nació Darla.

Pero no todo pasaba sólo por lo visual. Walter tenía claro que quería que su caracterización, desde el maquillaje, resulte caricaturesco, con aires del mundo animé, pero todavía le quedaba seguir avanzando más allá. Gracias a Patricia, llegó a conocer a Virginia Pimentel, fundadora de “Abuela Naturaleza”, asociación que, entre otras cosas, se dedica al reciclaje. Con la ayuda de Virginia, comenzó a tener acceso a diferentes objetos reciclados: retazos de telas, plásticos, hilos, papeles, bolsas de verduras, tapitas de botellas.

—Darla tiene esa capacidad de transformar lo que normalmente uno dice que es basura en algo que está lleno de arte, es una gran transformadora. Me parece recontra importante que haya gente que pueda transformar esta cuestión de basura en arte o de basura en algo que sirva. Esa transición es la mejor que nos puede pasar a todos, como planeta y como seres humanos.- explica Dante con una voz que mezcla orgullo y esperanza.

***

Walter se aventuró en la confección de sus propios trajes. Un vestido de mangas cortas y falda acampanada hecho de diferentes tipos de papel fue uno de sus primeros diseños. Continuó con un chaleco confeccionado con sachets de leche y una pollera de bolsas de residuos negras. Y, el más complejo e impactante de todos, lo presentó durante la exposición “BuonaEstetika 2019”, que se realiza en Palermo: un vestido largo, con volados en el pecho y mangas estilo princesa realizado enteramente con pasacalles multicolores. Para confeccionar sólo el dobladillo del vestido, necesitó de cuatro pasacalles.

A medida que confeccionaba sus propios vestuarios con materiales reciclados, también comenzó a notar que su mensaje era percibido por la gente.

—Yo le hice a mi hija de 15 un pasacalle gigante- comentó una señora mientras inspeccionaba de cerca el vestido de Darla.

—Si, lo hiciste vos, y después lo tiraste a la basura.

—Yo tiré… y gasté tanta plata.

—Mira, con todo eso podrías haber hecho otras cosas o este mega vestido.
Se dio cuenta que, en ese pequeño intercambio, la señora no pudo evitar reflexionar sobre la plata que gastó en un pasacalle y en cómo algo así podría ser reutilizado.

***

Walter comenta que su casa se encuentra repleta de materiales, desde plásticos y telas recicladas hasta cintas de viejos casetes de música con los que planea seguir ideando trajes, pelucas y accesorios. El caos es tal que hasta bromea con que su pareja lo va a echar del hogar que comparten. Pero también destaca que trabajar con este tipo de materiales dio paso a explorar su creatividad y cambió su visión de ver el mundo.

—Darla tiene esa capacidad de transformar lo que normalmente uno dice que es basura en algo que está lleno de arte, es una gran transformadora. Me parece recontra importante que haya gente que pueda transformar esta cuestión de basura en arte o de basura en algo que sirva. Esa transición es la mejor que nos puede pasar a todos, como planeta y como seres humanos.
En su cuenta de Instagram, donde postea fotos de su participación en diversos eventos, fiestas, siempre luciendo acompañada de sus amigas dragas y sus trajes con descripciones como “antes muerta que sencilla”, llama la atención su presentación como “#dragqueen del planeta conurbania”. Walter señala que Darla juega mucho con su pertenencia al conurbano.

—Hay vida después de la General Paz, hay que ampliar la movida, traerla para acá. Las realidades son completamente distintas. Soy del conurbano, acá hay barrio, soy de Moreno, soy una draga de Moreno, hay calles de tierra, hay gente pobre, no es todo belleza y arcoíris. No podemos escapar a la realidad que nos toca – explica con efusión.

—Y si tuvieras que describir tu conurbania ideal, ¿Cómo sería?

—Me imagino un lugar sin edificios, me imagino un lugar verde.

Darla Trash sigue mutando, experimentando con formas y colores. Es una intervención artística, como Walter la define, que no tiene fin. Hay muchos planes para el futuro. A Walter le encantaría llevar adelante un taller de escritura, tomar clases de baile, asistir a el encuentro de fans de Harry Potter como drag y también hacer partícipe a Darla de encuentros donde la cuestión de género y la diversidad sean el eje.
Para Darla, las expectativas a futuro giran en torno a seguir recorriendo el conurbano y, porqué no, soñar con recorrer Argentina y otros países luciendo sus confecciones y llevando un mensaje ecologista.

—Me gustaría que todo sea para ese lado, desde la ropa, desde el mensaje, desde pararme y hablar. Todo sirve, hay que reciclar, hay que cuidar al mundo.

—¿Y cómo te la imaginas a Darla en un futuro?

—Me imagino, por ejemplo, terminar el vestido de casetes y participar como vocero de Greenpeace.

—¿Por qué?


—Toda la gente piensa que tiene que ser algo hermoso el drag, pero tengo ganas de jugar con eso, de ir al río [Reconquista] y sacarme fotos. No tiene por qué ser todo bello. Salgamos al conurbano, hay cosas de qué ocuparse.

Entonces, sí la basura logró reciclarse y reinventarse, ¿fue realmente basura? Mientras que Darla roba las miradas con sus trajes construidos enteramente de materiales reciclados, también intenta dejar un mensaje, una impronta.

—Si tuvieras que resumir tu propósito como Darla, ¿cuál sería?

—Cuidarnos porque no nos cuida nadie, y cuidarnos tiene que incluir al medio ambiente. Cuidarnos entre todos y no esperar que nadie nos venga a salvar las papas, hay que moverse y tomar acción.